Muchas noches, antes o después de cenar, y especialmente en invierno cuando no hay absolutamente nadie en la calle, Ivone y yo damos un largo paseo por Mitte. Invariablemente por las mismas calles y plazas que hemos recorrido mil veces y que nunca nos aburren. Siempre descubrimos cosas. No se terminan las ciudades. Sobre todo esta, con un pasado presente que te encuentras en cada esquina. Es mi momento favorito del día, una especie de despedida.
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